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Varios años han pasado desde la supuesta igualdad social ideada por el entonces primer ministro Graham Mills Marshall y, a pesar de que pudiera parecer que funcionaba, no es oro todo lo que reluce… Cierto es que el acceso a la vivienda y la igualdad en los salarios fueron propuestas bien acogidas por la mayoría de la población, pero no todo el mundo ha estado de acuerdo y por ello proliferaron de nuevo otras formas de ganar dinero y aumentó el índice de criminología. Un sector de la población relacionado con la ciencia y la salud, pensó en la posibilidad de mercantilizar aquello por lo que todo el mundo se encuentra en la situación actual: las mutaciones. Varios habían sido los intentos por diferentes organizaciones de replicar la fórmula del virus, todos ellos sin éxito. Graham siempre fue consciente de que era algo que podía suceder pero como nadie lo había logrado y estaban lejos de hacerlo, no le pareció algo preocupante, es por ello por lo que simplemente se dedicaba a ignorarlo y ocultarlo a la población. Todo parecía seguir el cauce que él había diseñado hasta que una de las organizaciones que opera en todo el globo pareció haber conseguido replicar las mutaciones, no de la misma forma ni siguiendo el mismo proceso pero sí han obtenido el mismo resultado: conseguir que civiles normales desarrollen habilidades sobrehumanas. Teniendo la intención de operar en secreto, fueron destapados y sus logros llegaron a oídos de Graham quien desplegó un operativo para tratar de desmantelar aquella organización. Siempre pensando que tiene la sartén por el mango, Graham estaba seguro de que tal y como había silenciado otros casos similares, podría hacer lo mismo con ellos pero la diferencia radica en que dicha organización sí que tenía una fórmula que funciona. Aprovechando el descontento de un sector de la población y lejos de conformarse con el anonimato total, la organización decidió presentar al desconocido Bill Williams a las elecciones al parlamento británico que Graham no tuvo más remedio que aceptar de acuerdo a los resultados obtenidos en un referéndum. Bill Williams ha ganado las elecciones democráticamente así pues es el nuevo primer ministro y al mismo tiempo la cabeza visible de todo un sistema nuevamente capitalista regido en la sombra por dicha organización. Una sociedad en la que todo aquel que tenga dinero y esté dispuesto a pagar, puede ser mutante.

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